Puertas Correderas, Mantenimiento y Cuidados
Las puertas correderas, igual que las plegadizas, representan una excelente opción para casas y pisos de superficies reducidas, pues permiten optimizar el espacio disponible. Además en las construcciones actuales este tipo de puerta está siendo muy utilizada, pues se diseñan estancias divididas por puertas correderas.
Las puertas corredizas permiten ahorrar espacio, así como el fácil ingreso de la luz, y resulta una alternativa estética moderna y con múltiples posibilidades de decoración, gracias a la amplia oferta de modelos que nos ofrece el mercado actual.
Si bien son puertas prácticas y decorativas, es necesario efectuarles un mantenimiento frecuente para que su funcionalidad no se vea disminuida. Por el uso normal estas puertas pueden sufrir atascamientos, que impiden el normal deslizamiento.
Generalmente estos atascamientos se deben a un problema en el carril, como por ejemplo: acumulación de suciedad. Para solucionar el inconveniente los pasos a seguir son:
- Quitar la puerta del marco, un procedimiento bastante simple que puede demorar entre 15 y 30 minutos aproximadamente.
- Una vez que se sacó la puerta, se procede a la limpieza del carril, barriéndolo cuidadosamente, para que no queden restos de polvo y suciedad.
- Luego se colocan, en el borde superior, unas gotas de aceite y polvo de granito, esto es para mejorar el deslizamiento de la puerta.
- Para un mantenimiento simple, y evitar que se acumulen partículas de suciedad en el carril nuevamente, se aconseja pasar el aspirador en el carril y alrededor del mismo con frecuencia.
En otras ocasiones, las puertas no corren debidamente, no sólo por la acumulación de suciedad, sino que también puede que el carril se haya doblado o curvado levemente. En este caso, el procedimiento consiste en colocar un bloque de madera sobre la parte afectada, para que con unos suaves golpes se pueda enderezar nuevamente el carril.
Pero a veces una puerta corredera se atasca y no a causa del carril, sino por un desgaste o rotura de las pequeñas ruedas que corren dentro del carril, o bien porque se han salido de su lugar. Si se han desgastado, la solución es cambiarlas, quitando la puerta del marco, y aflojando los tornillos que tienen las ruedas en el borde inferior. Si solo se han desalineado, se las puede volver a su sitio ajustando el tornillo que las sujeta.
Esta tarea de mantenimiento, si se hace correctamente en una o dos oportunidades puede que no haya que repetirla en mucho tiempo, y a la vez, evita futuros inconvenientes.
Imagenes: contemporist